El valor de tu propuesta, o la propuesta de valor comúnmente llamada en el mundo del emprendimiento y de los negocios, es el factor por el que tú como emprendedor (o tu proyecto) va a cambiar la vida a tus clientes. Es el factor diferencial por el que se van a decantar tus clientes a la hora de comprar tus productos o el de otros.
El valor de un producto se basa en esas diferencias que marcan la diferencia, basadas en la visión y la misión del emprendedor que inició su andadura cuando detectó un problema a solucionar. Todo emprendedor es una persona que busca solucionar un problema.
«El mundo sería mucho mejor si cada emprendedor eligiera un problema y saliera a intentar solucionarlo». Richard Branson
Por eso, la propuesta de valor es ese factor que satisface de la manera más ajustada el problema que quiere solucionar el cliente cumpliendo sus expectativas: precio, calidad, velocidad, diseño, marca, comodidad, utilidad, experiencia… Y la manera para descubrir qué es lo que realmente solicita el cliente es conversar con él, estar a su lado codo con codo, preguntarle sin parar qué quiere y qué necesita; Sólo de esta manera la brecha entre el producto/servicio y la expectativa del cliente se reduce, convirtiéndose en predecible y a medida. Esto produce un encaje entre la oferta y la demanda.
Estas son las preguntas que te ayudarán a la hora de crear tu Propuesta de Valor:
- ¿Qué quiere lograr el cliente?
- ¿Cuál es su dolor?
- ¿Con qué otras soluciones está mitigando ese dolor?
- ¿Qué beneficios espera obtener al solucionar ese dolor?
- ¿Cómo puede el servicio solucionar su problema?
- ¿Cómo se puede dar más valor a más personas?
- ¿Qué diferencia a tu producto/servicio de los demás?
Una vez respondas a estas preguntas, trata de probar, probar y probar que esa propuesta de valor es justo lo que el cliente estaba esperando, o sea, ensayo y error hasta dar con la tecla.
¡Et voilá! Ley Universal. Cuanto más valor aportes, mayor será la recompensa.
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