Ya se ha hablado mucho de Talento como la materia prima de esta recién estrenada Era del Conocimiento, un factor clave para el desarrollo personal y desarrollo profesional de cada persona para tener éxito y vivir satisfactoriamente. No obstante el talento siempre ha estado rodeado de ideas, mitos y clichés, como por ejemplo que es algo innato… No podemos dejarlo en manos de la genética y de lo innato, existen muchas más variables que son fundamentales para la gestión del talento.
«Sé quien en verdad eres. Descubre tus talentos y tu propósito en la vida. Esto te llevará a hacer lo que amas, y porque haces las cosas con amor, obtendrás lo que necesitas». Erich Fromm
Pero ¿qué es el talento? No es más que un motor que lo mueve todo, que nos permite extraer la mejor versión de nosotros mismos, entonces ¿por qué hay personas que no lo conocen ni se dedican a él un 100%? Sencillamente, no nos han enseñado a encontrarlo. Durante nuestra etapa en el sistema educativo se han basado fundamentalmente en corregir debilidades en vez de entrenar las potencialidades que cada uno de nosotros poseemos. No obstante lo has tenido siempre en tu interior, esperando salir, y es muy fácil de identificar; Es todo aquello que te genera entusiasmo, aquello que te estimula y que te hace perder la noción del tiempo. Por eso es necesario reforzar esas actividades donde nos desenvolvemos fantásticamente y así aportar un valor diferencial.
Los factores más importantes del talento son:
- Factor innato: Nacemos con ciertas capacidades, heredadas genéticamente.
- Compromiso: Es la actitud para desarrollar y sacar el máximo potencial de esa capacidad que fue dada en el momento de nacer.
- Contexto: El más importante, es necesario estar en el contexto adecuado para que esa capacidad y ese entrenamiento persistente se pueda desarrollar.
Además y unido a esto es necesaria la confianza. La confianza es la antesala al compromiso.
Pero no todo es tan fácil… El mayor obstáculo del talento somos nosotros mismos. Estamos cargados desde nuestra infancia de innumerables creencias limitantes: «no puedo», «soy un inútil», «el talento es para unos pocos», «soy torpe»… Todo lo que nos decimos es lo que después sucederá, y se generarán las circunstancias para que así ocurra. En cambio, si tornamos éstas creencias por unas creencias potenciadoras aumentarán las probabilidades para que sean una verdad.
¿Qué compromiso tienes con estar en un lugar donde tu talento pueda desarrollarse?
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