Depende de cada persona, incluso del momento de la vida que se esté pasando, pero no a todos nos motiva lo mismo. Puede que tengas diferentes objetivos: profesionales, personales, familiares… pero no la suficiente motivación para conseguirlos. La motivación, el motivo para la acción, es la gasolina que nos hace ponernos en marcha e ir a por ese objetivo, por ello vamos a ver las diferentes motivaciones que tenemos las personas para lograr los objetivos.
Un estudio de la Universidad de Harvard concluyó que había 3 grandes tipos de motivación:
- El logro
- La afiliación
- El poder o la influencia
Todos poseemos todos en diferentes dosis, pero siempre hay uno que predomina sobre el resto. Si identificas cuál es tu principal motivación, podrás conocer tu motor a la vez que tus resistencias, miedos y límites que te impiden, casi sistemáticamente, lograr esos objetivos ¡Vamos a verlos!
- El Logro: Nos lleva a conseguir objetivos, a ser competitivos, a superarnos a nosotros mismos, aunque a veces también a otras personas… Pero siempre con un gran miedo: el fracaso. Una persona orientada al logro sufre si las cosas no le salen como espera. Comprender que el fracaso es una forma de aprendizaje es fundamental para conseguir más retos futuros.
- La Afiliación: Llevarse bien con otras personas y crear buen ambiente de trabajo es crucial para este tipo de personas, ya que el principal miedo es ser rechazado o el «qué dirán». Por eso, evitan la confrontación y les es complicado defender una idea, cediendo sus límites a los demás.
- El Poder o la Influencia. La búsqueda de poder o de una influencia sobre los demás es una motivación de dos caras: se puede tener poder para conseguir lo que pretende, o se puede tener poder para beneficiar a otros. En ambos casos, el miedo reside en perder su poder o influencia y el qué dirán, aunque en menor medida al perfil afiliativo.
¿Con cuál te sientes identificado?
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